El otoño transforma Aragón en un paisaje de postal. Y noviembre, con su mezcla de colores ocres, aire fresco y menos afluencia turística, es el momento perfecto para recorrer algunos de los pueblos más bonitos de Aragón. Desde joyas medievales hasta localidades enmarcadas entre montañas y barrancos, te presentamos una selección ideal para escaparte este mes.
Albarracín (Teruel)
Albarracín es, sin duda, uno de los pueblos más bonitos de Aragón. Su conjunto histórico-artístico, con casas rojizas y callejuelas empedradas, enamora en cualquier estación, pero en noviembre adquiere un encanto especial. Las hojas caídas alfombran el suelo y el frío invita a recorrer sus murallas con calma.
¿Qué ver en otoño en Albarracín?
- Pasear por la muralla y subir al mirador de la Catedral.
- Visitar el Museo Diocesano o la Fundación Santa María.
- Comer un guiso típico en el restaurante Tiempo de Ensueño.
Aínsa (Huesca)
En el corazón del Pirineo oscense, Aínsa es uno de los pueblos de Aragón con encanto que brilla especialmente en otoño. Su plaza porticada, el castillo y las vistas al río Ara lo convierten en una parada obligatoria para los que buscan naturaleza e historia.
¿Qué hace especial a Aínsa en noviembre?
- Subir a la torre del castillo y disfrutar del paisaje otoñal.
- Pasear por el casco viejo con parada en tiendas de artesanía.
- Probar productos del Pirineo en el Restaurante Callizo.
Alquézar (Huesca)
Considerado uno de los pueblos más bonitos de Aragón para visitar en noviembre, Alquézar se rodea de los barrancos y formaciones del Parque Natural de la Sierra y los Cañones de Guara. La ruta de las pasarelas es más tranquila en esta época y su belleza sigue intacta.
¿Por qué visitar Alquézar en noviembre?
- Recorrer la ruta de las pasarelas del río Vero.
- Visitar la colegiata de Santa María la Mayor.
- Tapear en el bar La Taverna o degustar vinos del Somontano.
Cantavieja (Teruel)
Ubicado en el Maestrazgo, Cantavieja es uno de los pueblos más bonitos de Aragón y con una historia templaria fascinante. Su plaza porticada, las vistas desde el peñón y su arquitectura medieval destacan en noviembre con la niebla como aliada.
¿Cómo disfrutar Cantavieja en otoño?
- Pasear por el casco histórico y visitar la iglesia de la Asunción.
- Entrar en el Museo de las Guerras Carlistas.
- Comer platos típicos del Maestrazgo en el restaurante Sol de Invierno.
Anento (Zaragoza)
Este pequeño pueblo zaragozano sorprende por su colorido, limpieza y por el espectacular Aguallueve, una formación natural que parece salida de un cuento. Es uno de los pueblos bonitos de Aragón menos conocidos, ideal para una escapada tranquila.
¿Qué hace único a Anento en esta época?
- Visitar el Aguallueve tras las lluvias otoñales.
- Subir al castillo y disfrutar del paisaje.
- Degustar migas aragonesas en el bar-restaurante del pueblo.
Valderrobres (Teruel)
Capital cultural del Matarraña, Valderrobres combina arquitectura medieval, entorno natural y buena gastronomía. Sus callejuelas empedradas, el castillo y el puente de piedra lo sitúan entre los pueblos más bonitos de Aragón con más actividad durante el otoño.
¿Qué plan seguir en Valderrobres en noviembre?
- Cruzar su puente gótico y adentrarse en el casco histórico.
- Visitar el castillo y la iglesia de Santa María la Mayor.
- Comer en Fonda Angeleta o en El Salt, con productos de temporada.
Sos del Rey Católico (Zaragoza)
Situado en las Cinco Villas, es uno de los pueblos más bonitos de Aragón y cuna de Fernando el Católico. Sus calles adoquinadas y su buen estado de conservación lo hacen un escenario perfecto para perderse una tarde de noviembre.
¿Qué no perderse en Sos del Rey Católico?
- Visitar el Palacio de Sada y la judería.
- Recorrer sus miradores al atardecer.
- Tapear en el Parador Nacional o en Bar Machín.
Si estás buscando pueblos más bonitos de Aragón para una escapada en noviembre, esta selección combina paisajes, historia y buena mesa.
Desde joyas medievales como Albarracín hasta rincones naturales como Anento, todos estos pueblos de Aragón con encanto tienen algo especial que ofrecer en otoño. Prepara la cámara, abrígate bien y disfruta del viaje.
